jueves, 22 de agosto de 2019

viatge 2016

Brexit es lo que queríamos hacer ayer en el aeropuerto de Londres. Ves un vuelo que te cuadra a la perfección y te hace aprovechar al máximo el primero de los pocos días que te vas de viaje. Pues no. Más de 6 horas tarde, primero aludiendo un problema magnético de la puerta de la bodega, segundo argumentando que faltaban pasajeros. Curiosamente hasta que el vuelo no se llenó, 6 horas más tarde de su hora prevista no salimos. Hemos llegado esta mañana a las 6 am al aeropuerto Indira Gandhi. La misma sensación de siempre, calor, humedad

Por muchas veces que vengas, y la mía ya es la quinta en siete años, hay algo que conmociona cuando empiezas a mezclarte con el país.
Al llegar hemos necesitado descansar y no ha sido hasta las 12:30 que no nos hemos puesto en marcha. El fuete rojo es bonito, y la calle que desemboca en él caótica, desordenada. La magia de la India no es inmediata. Al principio parece que la dosis de magia sea tan pequeña que no puedas percibirla. Hoy tengo la mía, que se acumula a los residuos mágicos de mis otras veces, pero aún no ha eclosionado.